El cuento sobre las Jornadas Medievales

Esto es un cuento que ha pasado en las Jornadas Medievales, Avila 2017.

Lo que empezó con una conversación con Elena de “L de Lana”, sobre hacer una demostración de hilar con rueca se ha convertido en la actividad principal del verano.

El trabajo previo

Hubo que poner en funcionamiento la rueca, llevaba años parada. Gracias a Juan Carlos conseguimos lana de las ovejas de Martiherrero.

La siguiente tarea, lavar la lana, limpiarla. Ya sabes, las ovejas no se duchan y cuando les cortan el pelo están regulín de limpias, esto fue un arduo trabajo.

Después de cardar la lana, tuve que practicar con el huso y con la rueca, horas y horas. Ya sabes, una actividad no se domina hasta que practicas 10.000 horas…

Leer  manuales sobre historia del hilado de fibras, sobre mitología y sobre cuentos para tener recursos que me sirvieron de mucho a la hora de hablar con el público atento a la rueca en funcionamiento.

Jornadas Medievales

Como eran medievales las jornadas, tuve que idear un vestido de época. Gracias a Pilar y sus ideas, quedó bastante adecuado a la época.

Y llegó el concurso

Hemos tenido la oportunidad de presentarnos al Concurso de Escaparates que se celebró con motivo de estas jornadas Medievales. Para ello, decoramos “L de Lana con la rueca, el huso, los ovillos de lana que hemos hilado e incluso con vellón. Con estos objetos enseñamos a los niños viesen de donde proviene la lana de la que se hacen sus prendas.

Y hemos ganado el segundo premio al escaparte mas original con el titulo «La vieja rueca» .Todo un orgullo!

La experiencia

Lo más gratificante de la experiencia en las Jornadas Medievales es el interés que ha despertado entre el público tanto mayores como entre los niños.

En algunos casos no conocían que era una rueca y para que servía o como funcionaba, y en otros que si la conocían, buscaban la aguja del huso con el que se pinchó la Cenicienta, upss!! perdón, La Bella Durmiente que a veces confundimos los cuentos …

Me quedo con una bonita anécdota, dos niñas de 3 y 4 años, que escuchaban atentamente como la Bella Durmiente se pinchó con la astilla del lino que estaba hilando, según el cuento original, y no con el huso de la rueca, como nos ha contado Disney. Me dijeron que estaban haciendo una caja de tesoros y guardarían  un poco de lana que les regalé como un tesoro más.